C: Una mañana me
escapé y ya está.
H: Ya está no,
Clarice. ¿Qué le hizo escapar? ¿A qué hora se marchó?
C: Aún no había
amanecido
H: Entonces algo
la despertó. ¿Fue una pesadilla? ¿Qué fue?
C: Oí un ruido
extraño.
H: ¿Qué clase de
ruido?
C: Eran como chillidos.
Algo parecido a los chillidos de un niño.
H: ¿Y qué hizo?
C: Fui… fui
abajo, salí afuera, me acerqué al establo a escondidas, me daba miedo mirar dentro,
pero tuve que hacerlo.
H: ¿Y qué es lo
que vio, Clarice? ¿Qué es lo que vio?
C: Jugadores de
Cthulhu... todos chillaban
H: Estaban matando
a los Jugadores de odisea, ¿verdad?
C: Todos estaban
chillando
H: ¿Y usted huyó
de allí?
C: No... Primero
intenté liberarlos, les abrí la puerta del redil pero no salieron, se quedaron
allí quietos…sin querer escapar.
H: Pero usted sí
que escapó, ¿verdad?
C: Sí. Cogí a Tximu
y eché a correr muy deprisa
H: ¿A dónde se
dirigía, Clarice?
C: No lo sé. No
tenía ni comida, ni agua… ya hacía frío, mucho frío. Pensé…pensé que si por lo
menos podía salvar a uno… pero pesaba mucho, pesaba mucho. Había recorrido
pocos Km., cuando me encontró el sheriff. El ranchero se enfadó tanto que me
mandó a vivir al orfanato de Bozeman, no volví a ver el rancho.
H: ¿Y qué fue de
Tximu, Clarice?
C: Él lo mató.
H: Aún se despierta
algunas noches, ¿verdad? Se despierta en plena noche, y oye chillar a los de
Odisea…
No hay comentarios:
Publicar un comentario